Una historia de dos pueblos
Querido lector,
Probablemente estás leyendo esto porque
obtienes información a través de las palabras escritas o puede que hayas hecho
un “click” en el enlace equivocado. ¿De cualquier manera, me pregunto si en
algún momento has pensado en cómo piensas? ¿Cómo procesas la información? A lo
mejor seas como yo y prefieres leer o eres de los que aprende escuchando.
Me gustaría contarles una historia sobre dos
pueblos cercanos que están separados por un río. Uno de los pueblos, fue
fundado sobre un documento escrito. Un mundo de la palabra escrita. Aquí es
donde vivo. En mi pueblo lo vemos como un mundo de orden y de estructura.
Construimos nuestra comunidad con nuestros teclados o con un lápiz y papel.
Bajo una ley: La palabra escrita dura
más. El otro pueblo que está fundado sobre la palabra. Un mundo que parece
caótico y desordenado. Esta comunidad se construye viviendo la vida y con la
palabra hablada. Bajo una sola ley: Recuerda
que fue dicho.
Soy ciudadano de la palabra escrita. Muchas
veces he pensado que tenemos la forma correcta de aprender. Pero no es tan
simple. Siempre que estoy junto al río, me sorprende la facilidad con la que
las personas del pueblo cercano recuerdan los discursos, canciones y las
acciones de sus héroes. Lo hacen sin tener que leer la información de algunas
páginas. Me parece algo extraño. Lo admito, siento más envidia que asombro.
Porque a mí también me encantaría poder recordar cada palabra pronunciada por
un orador, la letra de una canción y los pasos de baile de una canción con solo
escucharla y verla.
Nuestros padres fundadores nos advirtieron
sobre los peligros de mezclarnos con las personas de otros pueblos. Pero me he
estado reuniendo en secreto con una persona del pueblo vecino. Estamos aprendiendo
sobre nuestras culturas. Planeo visitar su pueblo pronto. Deseo experimentar la
vida en su mundo. Si nuestro plan tiene éxito, escribiré sobre lo que he
aprendido.
Hasta que volvamos a leer,
Songz.
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